martes, 6 de febrero de 2018

Jack y la muerte

La historia de Jack y la muerte, parece un simple cuento para explicar la muerte a los niños, pero pienso que es una corta y concreta historia para explicar la muerte a los profesionales de la salud, en especial al gremio médico, que en frecuentes oportunidades nos comportamos como Jack intentando evitar la muerte de nuestros pacientes cuando por muchas circunstancias, esta debería suceder, olvidando que a pesar de todos los recursos técnicos y tecnológicos que han permitido a la ciencia médica llegar donde ha llegado, no han logrado cambiar la evolución natural de las enfermedades crónicas y/o terminales y solo hemos logrado aumentar el tiempo de sobrevida a un costo económico grande, no siendo este el más importante, pero si el costo físico, emocional, familiar y social, al que exponemos a nuestros pacientes, familiares y acompañantes, pues no siempre el tiempo extra es sinónimo de calidad de vida, que es lo que podemos observar en las enfermedades crónicas y terminales, tanto las de origen oncológico (cáncer) como las no oncológicas, donde por nuestra imposibilidad de entender y aceptar que la naturaleza tiene un curso y que la alteración de este en muchos casos solo logra incrementar nuestro ego, pero no el bienestar de los enfermos y por eso a muchos pacientes les escuchamos decir que la vida importa por lo ancho, no por lo largo.


Cuando nos empeñamos en alargarla, en pacientes muchos de ellos, con debilidad, limitaciones físicas, psíquicas, con dependencia para las actividades de la vida diaria (baño, vestido, alimentación, deambulación….) el procurarles más tiempo simplemente les permite ver lo largo de los días, con necesidad de cuidados por parte de sus acompañantes, que en muchos momentos vulneran la autonomía, la intimidad y la autoestima de los pacientes, recordemos que hemos avanzado técnicamente en muchas circunstancias, pero nuestra naturaleza no ha cambiado lo más mínimo en su curso, teniendo las mismas necesidades y los mismos comportamientos biológicos que el hombre de lustros atrás, los invito a que de manera humilde y con gran juicio lean este corto pero concreto cuento, donde nos muestra la realidad más clara del enfermar y el morir y que al ignorarlo generamos tanto disconfort y malestar como lo logro Jack, por evitar que su madre muriera en el momento, lugar y de la manera que le correspondía.




Texto publicado por Juan David Osorio G. en Cuidados al final de la vida

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